sábado, 6 de junio de 2009

Más vale prevenir que curar

Últimamente reniego de la tecnología y maldigo el nombre de Internet mil veces al día. Se está convirtiendo en una obsesión, soy una reaccionaria de los mundos virtuales, aborrezco la nube, la web 2.0, las redes sociales... Y sin embargo, en días como hoy, no puedo más que sonreir, mofarme de mi pseudo-rebeldía, y dar las gracias por este mundo que se ha hecho pequeño gracias a la web; cuando me descubro a mi misma maravillada ante la vastedad de la red de redes, ante la abrumadora avalancha de información que está ahí, al alcance de un click.

Al fin y al cabo, es por eso que este blog existe. Y es gracias a eso, que puedo compartir esto con todo el que tropiece por aquí.



Cómo prevenir con Shiatsu
(Revista Natural - Fecha del artículo 5/12/2006)

Autora:
Yolanda Vallejo
Fundadora del Instituto de Shiatsu Bilbao

La piel, que es nuestro envoltorio, es el reflejo del estado de salud. A través de ella, de su flexibilidad o rigidez, se pueden detectar posibles enfermedades antes de que se manifiesten. Un buen terapeuta de Shiatsu repasa el entorno de la persona y su forma de vida, además de enseñarla a escuchar su cuerpo para conocerse mejor.

¿Qué significa realmente prevención? Atajar, curar, evitar que una enfermedad se manifieste. Éste es un concepto que merece ser desarrollado con más amplitud: una enfermedad no es una situación que se presenta de la noche a la mañana, sino que es la consecuencia de unos factores que se van agudizando o acumulando, dependiendo de los casos.

En el momento en que una enfermedad ha sido detectada como tal, nos encontramos muy alejados del inicio de la misma. Desde el momento en que en el organismo se comenzó a germinar la misma ya empezaron los cambios dentro de nosotros. Estos, al principio, son sutiles, como pequeñas molestias, presión en alguna zona. Un poco de angustia, cansancio, resfriados frecuentes. Nada importante, y si en ese momento nos realizan un chequeo médico, probablemente no se encontrará nada anormal.

Y sin embargo no estamos del todo bien. Pero tampoco estamos mal. Nuestro organismo está perfectamente preparado para regenerarse y curarse. Pero para que esta función regenerativa trabaje bien, necesitamos una serie de requisitos. Éstos son simples:

• Vivir en armonía con nuestro entorno, como entes que somos, ya que formamos parte del engranaje que es la vida.

• Y vivir en equilibrio dentro de nosotros.

El equilibrio dentro de nosotros

Su falta crea lo que habitualmente denominamos «separación entre mente y cuerpo». La comprensión en profundidad de este concepto es una de las claves para la curación y regeneración. Nuestro cuerpo, como organismo vivo tiene unas necesidades primordiales que deben ser satisfechas:

• Alimento adecuado. No cuidamos por igual a todas las plantas, de la misma forma cada uno de nosotros precisa de una alimentación adecuada, que incluso irá variando a lo largo de nuestra vida.

• Aire sano y limpio. Cuanto más mejor. La primera base para que nuestra vida exista.

• Cariño. Porque nuestros sentimientos necesitan ser alimentados, al igual que nuestro cuerpo.

• También necesitamos ejercicio y movimiento.

• Y sobre todo necesitamos estímulos, que motiven nuestra reacción y entrenen nuestras funciones.

¿Por qué funcionan las terapias manuales? Un porcentaje muy alto de los estímulos que recibimos y que hacen que reaccionemos a nuestro entorno inmediato ocurren a través de la piel.

• Sin contacto, el bebe se atrofia y puede llegar a morir. Y en caso de vivir tendrá deficiencias y retrasos agudos en su desarrollo. Somos sensibles y sentimos.

La piel, nuestra envoltura, el órgano más grande de nuestro cuerpo tiene funciones imprescindibles para la vida y para nuestro desarrollo sano y vigoroso. En su superficie se refleja el interior de nuestro cuerpo. Y por medio de la misma podemos influenciar también sobre el mismo.

• La piel respira. Sin este aporte de aire a través de la piel nos morimos.

• La piel protege el interior de nuestro cuerpo.

• Si visualizamos un árbol podemos hacernos una idea de nuestro sistema nervioso. Parte desde el tronco, se divide en ramas desde más gruesas hasta más delgadas hasta terminar en las hojas. Así también con los nervios desde su centro se van ramificando hasta terminar en la piel. Los nervios transmiten información de ida y de vuelta. Recoge la información del entorno y la envía al interior. Y algo muy importante, recogen la información de dentro y la envían al exterior formando sobre nuestra superficie señales que son como un espejo, un reflejo de lo que pasa dentro. Lo que está dentro se manifiesta fuera.

Con esta información trabajan las terapias manuales. Y Shiatsu es una de ellas. Las manos de terapeuta de Shiatsu van leyendo en el cuerpo de la persona, las señales de las disfunciones. Las interpreta para trabajar con ellas y así poder corregirlas antes de que la disfunción genere por acumulación un desorden de más importancia. De esta forma contracciones musculares, articulaciones agarrotadas, zonas apáticas, sin energía pasan a ser indicadores de que algún órgano o función no está trabajando con normalidad.

Cuando trabajamos sobre estas «señales» ocurren dos cosas:

1. Estas señales van desapareciendo.

2. El trabajo que hemos efectuado ha hecho que la molestia externa mejore y que la función u órgano que estaba descompensado vuelva a estabilizarse.

Las señales son indicadores que recogen la información que les damos con nuestras manos y lo transmiten al interior, al origen del conflicto. El trabajo sirve de impulso al órgano o función descompensada.

Un buen terapeuta de Shiatsu, también se ocupará –junto con la persona– de hacer un repaso de su entorno y su forma de vida. Pues es aquí donde está el origen de sus problemas. Y por tanto el origen de la enfermedad. Puede ser falta de ejercicio adecuado, una alimentación incorrecta o poco descanso.

Y otro de los trabajos de un buen profesional consistirá en que la persona vaya aprendiendo a escuchar su cuerpo, para así poder conocerse mejor y atender sus necesidades básicas. Algo indispensable para sentirnos bien dentro de nosotros y poder mantener la salud.

Esto es prevención. Trabajar para mejorar, para estar sanos y vivir más a gusto dentro de nosotros.

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